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Sembrandopaz está muy, muy contento y satisfecho al ser reconocido por World Vision International con su Premio de la Paz de 2014. Como dice nuestro Director, Ricardo Esquivia dice, Sembrandopaz no es una organización, es una comunidad, y este premio pertenece a todos en nuestra comunidad. Servimos humildemente un proceso amplio, que es impulsado desde dentro de cuatro comunidades-Pichilín, Mampuján, Libertad, y la Alta Montaña-y se extiende a través una red de colaboración en toda la costa Caribe.

Gracias a Visión Mundial Internacional y Visión Mundial Colombia por este reconocimiento, y lo tomamos como un voto de confianza de que vamos por el camino correcto. También agradecemos a Visión Mundial por su compromiso a avanzar hacia un mundo más seguro, más saludable, y más feliz a través su enfoque, inspirado en Cristo, a levantar los más pequeños entre nosotros.

Gracias a todos por tus felicitaciones y palabras de aliento. Desde nuestro pequeño espacio aquí en Sincelejo, Sembrandopaz-nuestra comunidad-continuará moviéndose hacia la paz, un paso a la vez.

Aquí está una parte del discurso de aceptación de nuestro Director, Ricardo Esquivia Ballestas:

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UN RECONOCIMIENTO EN EL CAMINO DE LA ESPERANZA

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Dicen que una vez un hombre estaba siendo perseguido por unos bandoleros que querían matarle. Desesperado entro en una zona de cuevas y se escondió en una. Angustiado empezó a pedirle a Dios que lo protegiera, que enviara a unos ángeles. De pronto apareció en la entrada de la cueva una arañita que empezó a tejer una red. El hombre lleno de miedo y angustia le dijo a Dios que no quería una araña, que necesitaba un muro que impidiera la entrada de los ladrones a la cueva. Mientras tanto la arañita iba tejiendo su red. Los ladrones entraron en la cueva anterior, y ya se sentían sus pasos, y la arañita terminó su red y cubrió la entrada de la cueva. Entonces se oyó este dialogo entre ellos:

“Entremos a esta cueva, aquí debe estar”
“No, allí no está no vees que hay telaraña en la entrada. Allí hace tiempo no entra nadie”

Y se fueron.

Dios tiene muchas formas de responder ante los sufrimientos y angustias de nuestro pueblo, y no siempre es como pensamos o esperamos. En este cuentico, el hombre pidió protección, y parece que para él esta se daría de una forma espectacular, como el milagro de unos ángeles o la aparición de un gran muro. Pero Dios se la dio por intermedio de una arañita, que con su débil telaraña confundió a los bandidos.

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Por eso me parece bella esa frase que dice, “Si le pides un árbol a Dios, te lo da en forma de semilla”

Y ha sido en forma de semillas que Dios le ha venido respondiendo a este pueblo valiente y sufrido de los Montes de María. Semillas que se van a convertir en esos “Arboles de Justicia” de que habla el pasaje bíblico de Isaías 61:3.

Cuando Jesús comienza su ministerio, según el evangelio de Marcos, inicia con un pasaje tomado de este capítulo 61 de Isaías, “El Espíritu de Jehová el Seños está sobre mí, me ha enviado a llevar buenas nuevas a los abatidos…(el versículo 3) “a ordenar a que los afligidos de Sión se les de gloria en lugar de cenizas, aceite en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya”.

Y esas semillitas están allí, en las comunidades, creciendo y llevando esperanza desde pequeños actos de justicia, utilizando la educación, la confianza, la noviolencia, fortaleciendo sus raíces, sus ramas, y creciendo como verdaderos arboles de justicia.

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